El polvo y los extractos de rizoma de jengibre han demostrado ser efectivos en la mayoría de los casos de náuseas y vómitos, desde mareos, dispepsia hasta náuseas y vómitos inducidos por la quimioterapia. Las investigaciones han señalado que su uso es seguro en humanos.
El jengibre, cuyo nombre científico es Zingiber officinale, es una planta ampliamente utilizada en la medicina tradicional y en la cocina, debido a sus propiedades medicinales y su sabor característico. El rizoma de jengibre se ha utilizado durante siglos en diferentes culturas para tratar una variedad de afecciones.
En la antigua China, el jengibre se empleaba para tratar problemas digestivos, como náuseas, vómitos y diarrea. Los registros más antiguos datan de Confucio, en el siglo V a. C. También se consideraba una planta «caliente», que ayudaba a generar temperatura en el cuerpo cuando hacía frío. Además, se le atribuían propiedades antiinflamatorias.
En la medicina ayurvédica de la India, el jengibre ha sido utilizado durante siglos como un remedio para una amplia gama de condiciones, incluyendo trastornos digestivos y resfriados. También se le atribuyen propiedades estimulantes y afrodisíacas.
Por su parte, en la antigua Grecia y Roma, era valorado por sus propiedades estimulantes y digestivas. Dioscórides lo menciona en el siglo I d. C. y Galeno (129-216 d. C.) lo recomendaba para tratar trastornos digestivos y enfermedades respiratorias.
En la medicina tradicional africana, el jengibre se ha utilizado para tratar problemas digestivos, dolor de cabeza, artritis y malestares menstruales tras su introducción por los portugueses en el siglo XV. Para la misma época, en América Latina y el Caribe se ha utilizado para dolencias gastrointestinales, resfriados y problemas circulatorios tras la introducción por los españoles. Francisco de Mendoza habría sembrado los primeros cultivos de jengibre en el territorio actual de México.
Toxicidad aguda y subcrónica
Varios estudios en animales han demostrado que el rizoma de jengibre en forma de fitofármaco no muestra toxicidad aguda significativa. A dosis de 2 gramos diarios, no hay interferencia con la coagulación sanguínea.
Entre 0,5 y 1 gramo por dosis, en consumo de 3 veces por día, por más de 2 años continuados, no se observaron efectos adversos. Por su parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) considera segura una ingesta diaria de raíz de jengibre de hasta 4 gramos.
Interacciones medicamentosas
Según el informe de evaluación de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), no se conocen interacciones de los preparados de jengibre con otros medicamentos en humanos. A pesar de que se ha mencionado que el jengibre inhibiría la agregación plaquetaria, las pruebas son limitadas.
Los pacientes que toman anticoagulantes, como warfarina, pueden debatir con su médico tratante el agregado de una fitoterapia. En todo caso, se podría aumentar la vigilancia si se entiende que el beneficio del agregado del rizoma de jengibre es mayor al riesgo.
Por otro lado, no se conoce ninguna interacción con ácido acetilsalicílico. Así como tampoco hay confirmación de un supuesto efecto antidiabético ni hipotensor.
Efectos adversos y dificultades en la toma
El uso del rizoma de jengibre en forma de fitofármaco puede causar efectos secundarios gastrointestinales leves. Entre ellos:
- Acidez estomacal: se atribuye a los compuestos picantes presentes en el jengibre, como los gingeroles y los shogaoles, que pueden irritar el revestimiento del estómago.
A pesar de que comprimidos en base al extracto de rizoma de jengibre puedan ser muy pequeños, algunas personas podrían presentar dificultades para ingerir un comprimido completo, ya sea por particularidades propias o por el sabor del preparado. Sin embargo, no es aconsejable partir los comprimidos.
Referencias:
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