La fitoterapia y la homeopatía son dos enfoques terapéuticos basados en lo natural, pero presentan diferencias sustanciales y no son lo mismo. Para conocer más acerca de estas diferencias y cómo estas terapias pueden complementar la atención médica convencional, lea el artículo completo aquí.
La fitoterapia y la homeopatía son enfoques terapéuticos basados en el uso de sustancias naturales, pero presentan diferencias fundamentales en sus principios, en la preparación de sus medicamentos y en el abordaje clínico.
Principios fundamentales
La fitoterapia, también conocida como «medicina herbal», se basa en el uso de plantas medicinales y sus derivados para el tratamiento y la prevención de enfermedades. Considera el uso de diferentes partes de las plantas, como hojas, raíces y flores, para aprovechar sus propiedades terapéuticas.
Si hubiese que resumir el principio fundamental de la fitoterapia, diríamos que es el empleo de sustancias naturales con efectos beneficiosos sobre el organismo.
Por otro lado, la homeopatía se basa en tres ideas:
- Ley de semejanza: este principio sostiene que una sustancia que puede causar síntomas en una persona sana, podría resolver síntomas similares en una persona enferma.
- Individualización del paciente: se enfoca en la consideración de los síntomas y características únicas de cada individuo para seleccionar lo que sería el remedio adecuado.
- Dosis infinitesimales: la homeopatía utiliza diluciones repetidas de sustancias para obtener dosis muy pequeñas, que se cree que potenciarían los efectos.
Preparación de los medicamentos
En la fitoterapia, los medicamentos se preparan a partir de partes específicas de las plantas. Pueden ser hojas, flores o raíces, por ejemplo. Para ello, se emplean técnicas puntuales, como infusiones, decocciones, extracciones y tinturas.
La preparación varía según la parte de la planta utilizada. También de acuerdo al efecto que se quiere lograr en el cuerpo humano y la evidencia científica que soporta el hecho de preferir alguna presentación por sobre otra.
En la homeopatía, en cambio, los medicamentos se obtienen a partir de sustancias naturales que luego se diluyen repetidamente. Finalmente, se agitan con mucha fuerza, en una técnica conocida como «potenciación». Las diluciones pueden ser extremadamente altas. De esta manera, se conduce la preparación a la presencia de cantidades infinitesimales de la sustancia original en el producto final.
Enfoque clínico
La fitoterapia tiene un enfoque más amplio y se emplea para tratar una variedad de afecciones, aprovechando las propiedades terapéuticas de las plantas. Los medicamentos fitoterapéuticos pueden actuar a nivel sintomático, aliviar dolencias específicas o mejorar la función de órganos y sistemas. Por ejemplo, para problemas digestivos se pueden utilizar plantas con efecto carminativo. Para afecciones respiratorias se podrán emplear plantas con propiedades expectorantes y antiinflamatorias.
La homeopatía se enfoca en la persona más que en una enfermedad o un síntoma. Busca el «remedio» que mejor se ajuste a las características individuales de quien consulta y de acuerdo al padecimiento. El objetivo sería estimular la capacidad de autocuración del organismo.
Efectividad y evidencia científica
La fitoterapia ha sido objeto de numerosos estudios científicos que han validado la eficacia de ciertas plantas medicinales en el tratamiento de determinadas afecciones. Existen evidencias sólidas para el uso de algunas sustancias en el manejo de problemas de salud, como los extractos de jengibre para los vómitos, los de equinácea para fortalecer el sistema inmunitario y los de tomillo para tratar infecciones respiratorias.
La homeopatía, por otro lado, ha sido objeto de controversia en términos de su eficacia y mecanismo de acción. Si bien hay algunos estudios con fallas metodológicas que pretendieron demostrar resultados positivos, muchos otros no han evidenciado beneficios más allá del efecto placebo.
Integración con la medicina convencional
La fitoterapia se integra cada vez más en la medicina convencional. Muchos médicos utilizan medicamentos fitoterapéuticos como complemento a los tratamientos convencionales. En especial, en el manejo de afecciones crónicas o en situaciones en las que los mismos pacientes prefieren enfoques naturales.
La integración de la homeopatía con la medicina convencional, en cambio, sigue siendo un tema de debate y con mucha menor aceptación. Algunos médicos han adoptado enfoques integrativos, mientras que otros se muestran más escépticos, debido a la falta de evidencia científica sólida.
En los casos en los que se utiliza la homeopatía como complemento de un tratamiento, es esencial seguir una evaluación cuidadosa y un seguimiento cercano de los resultados. Aunque es clave mantener una comunicación abierta con los pacientes y también es pertinente informar sobre la falta de evidencia científica.
Diferente es la situación con la fitoterapia. Los datos disponibles y el uso cada vez más continuado permiten ofrecer a los pacientes un complemento válido y con sustento. Continuamente se añaden investigaciones en el campo de la fitoterapia, que sirven como aval para la práctica clínica y que aumentan la seguridad de prescripción.
Referencias:
- Călina, D. C., Docea, A. O., Bogdan, M., Bubulică, M. V., & Chiuţu, L. (2014). The pharmacists and homeopathy. Current health sciences journal, 40(1), 57.
- Fisher, P., & Ernst, E. (2015). Should doctors recommend homeopathy?. BMJ, 2.
- Miraldi, E., & Baini, G. (2018). Medicinal plants and health in human history: From empirical use to modern phytotherapy. Journal of the Siena Academy of Sciences, 10(1).